Ramón Freixa expone que se lo pusieron muy fácil para bajar a Madrid, otorgándole el local, independencia, libertad de acción… De forma que pudo hacer de su local lo que él quiso y para quien él quiso: “el cliente que quiero es el cliente que venga a disfrutar”.
La carta cambia continuamente, y como nota singular cabe destacar que el menú degustación viene comprimido en secuencias, por lo que puede llegar a darse en una hora y media.
Ramón Freixa asegura ser muy maniático con los proveedores, ya que “el restaurante empieza con la selección del producto. Para la comida de personal utilizamos los mismos productos, ya que es lo más importante”. “Mi cocina es una cocina de felicidad, es técnica, producto y servicio”.
“El mejor premio es tener esta casa cada día llena”.
“Mis únicos vicios son los libros y la ropa, e ir a comer a restaurantes”.
“Somos cocineros, artesanos, no somos artistas ni pop stars”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario